Estonia, Letonia y Lituania entraron en la OTAN en 2004 y, desde ese año, la Alianza supervisa y protege los cielos de esos países mediante la misión de Policía Aérea en el Báltico, cuyo mando asumió España el 1 de abril para un periodo de cuatro meses.
La vigilancia aérea en las repúblicas bálticas implica la presencia continua, las veinticuatro horas del día y las 365 jornadas del año, de aviones de combate y tripulaciones de la Alianza preparadas para reaccionar si se produce alguna intromisión en el cielo de esos países, vecinos de Rusia.